sábado, 2 de agosto de 2008

Pesquisa

Te busqué, te busqué mil veces, resulté un día en La Habana, en una calle vieja con una razón en la mano para buscarte, una razón que mucho no pude ver porque mi mano no se podía abrir, tenía que poseerte para ver poco a poco aquella razón que me impulso a buscarte en el malecón, en el violín del chico, por Vedado, por la Habana Vieja, en el vaso de collares, por ahí. Con los años me acostumbré a tener la mano cerrada, durante mucho tiempo olvidé que se articulaba para moverse, que habían cosas que indagar para poder darle uso a ese movimiento. Casí de sorpresa, se confabularon los caminos y te ví, me apropié de tu olor, de tu imagen, de tí. Cuando intenté abrir la mano para decifrar tan anhelada razón ví sobre la palma una profunda oscuridad. Sin muchas respuestas a tal situación me preguntó, será que nunca te encontré o sí por el contrario esa es la dimensión de mi objeto de deseo.

Kellysinha

Um comentário:

Angeles disse...

La vida fluye soltando, nacemos con ese conocimiento, pero poco a poco lo vamos perdiendo, hasta que.. esa palma oscura nos recuerda que con los puños cerrados no se puede dar ni recibir.